Si Popeye hubiera sido corredor de trail en lugar de marinero, habría cambiado las espinacas por el vinagre.
Que levante la mano quien no haya sufrido nunca un calambre corriendo. Vale, pues ya podéis dejar de leer. El resto, atentos, porque esto os interesa.
Pocas cosas hay más incómodas (y a veces muy dolorosas) que un calambre mientras corres por el monte.
A veces aparecen de sopetón y te dejan tieso. Otras te van mandando señales poco a poco… «hola, soy un calambre y ya estoy aquí».
En los gemelos, en los cuádriceps, en los isquios… la variedad es total, que no se diga.
Y el dolor, ¿eh? ¿Qué decís de ese pinchazo que te deja en el sitio? Que te quedas sin respiración y como si se te fueran a reventar las patas.
Vaya odisea. Sentarse, estirar y, poco a poco, esperar a que la cosa se relaje y no vaya a más. Con suerte, para poder seguir corriendo. A lo peor para tener que parar del todo.
Bueno, pues esto puede pasar a la historia gracias a un producto: el No Cramp.
Mola, porque está concebido de forma sencilla: que cumpla una misión y que la cumpla bien. Evitar los calambres. Punto.
Y es que, todo el que lo prueba, repite.
Y repite por su eficacia, no por su sabor. Eso, garantizado. Porque es cierto que parece que se han centrado tanto en sus propiedades curativas que se olvidaron de que había que beberlo.
Hay diversas teorías sobre por qué es tan bueno para evitar los calambres (si lo tomas justo cuando te llegan) o para que desaparezcan de inmediato (si ya te dio el latigazo).
Una es porque su composición a base de vinagre, vitaminas y minerales, actúan de forma eficaz sobre los músculos.
Otra, que nos gusta bastante más, es que el sabor es tan fuerte, que el cerebro dice «vale, yo dejo lo de los calambres si tú no vuelves a darle un trago a eso».
El No Cramp es a los calambres, lo que el ajo a los vampiros.
En cualquier caso, y sea por el motivo que sea, el No Cramp es muy efectivo. Así que si hay que tomarlo con la nariz tapada, pues no se hable más.
Lo que sea, con tal de que los calambres formen parte de la historia y que podamos correr sin su desagradable compañía.