Correr con calor

CONSEJOS PARA CORRER CON CALOR

Con la llegada del verano y los calores insoportables, se nos complica el tema de poder salir a correr como solemos estar acostumbrados. Una opción sería entrar en modo reposo desde mayo hasta octubre, pero como somos un poco tercos, nos gusta entrenar todo el año. Cómo somos, ¿eh? Pues habrá que ver cómo hacer para correr con calor.

Bien, pues más allá de los clásicos e impagables consejos que nos dan en las noticias de la tele (no hagas deporte en las horas de más calor, hidrátate bien, no salgas a hacer series a las 4 de la tarde después de comerte un cocido…), queremos dejarte aquí algunas sugerencias complementarias.

Ya que no vas a dejar de correr con calor por mucho que te lo digan en la tele o tu abuela, al menos intentaremos que sea lo más llevadero posible.

ASUME QUE RENDIRÁS PEOR

Salvo que seas un tuareg o que te hayas criado en un horno de fundición, debes asumir que con el calor tu rendimiento lo más probable es que baje. Ayer estabas entrenando a unos ritmos y con unas sensaciones y hoy, que la temperatura se ha disparado, de repente no andas, todo te cuesta, te sientes pesado… ¿te has vuelto malo de un día para otro? No, es cosa del calor, que está haciendo de las suyas y te estará afectando.

Lo normal será que no hagas tus mejores marcas en esta época del año, así que tenlo bien presente para no frustrarte y también para calibrar bien el nivel de exigencia de los entrenamientos. Igualmente, si te gusta apuntarte a carreras, ten en cuenta las condiciones en las que suelen ser para manejar tus expectativas.

En cualquier caso, no vale como excusa para no entrenar y tampoco debe llevarnos a la frustración. Hay que entender que la temperatura alta nos afecta notablemente en el rendimiento y manejarnos en ese contexto. Y no pasa nada, ya volverá el fresquito.

ALIMENTACIÓN, HIDRATACIÓN Y SALES

Uno de los efectos que provoca el calor cuando corremos es que suele quitarnos las ganas de comer y beber cualquier cosa que no sea agua bien fresca o sandía, básicamente. Pero el cuerpo sigue necesitando que le echemos combustible y lo hidratemos bien, especialmente si estamos haciendo entrenamientos de varias horas o carreras exigentes.

Ciertamente es normal que no nos apetezca comernos una barrita de cereales y frutos secos si llevamos 2 horas corriendo a 30 grados, ni bebernos un isotónico dulce que se ha recalentado en los softflasks. Pero eso no quita para que tengamos que alimentarnos e hidratarnos correctamente.

En este sentido puedes probar a tomar más geles y gominolas energéticas, que siempre entran más fácil que las barritas muy consistentes. También a tomar bebidas isotónicas con sabores suaves y que no empalaguen mucho.

Muy importante también que repongamos sales minerales en cantidades adecuadas, bien sea con la bebida isotónica o bien en pastillas, ya que a través del sudor sufrimos mucha pérdida y también puede afectarnos bastante al rendimiento.

En definitiva, debemos buscar qué productos toleramos mejor con altas temperaturas, pero no porque haga calor y no apetezca nada comer, debemos dejar de hacerlo. Nuestro cuerpo es una máquina (el de unos más que el de otros) y necesita que lo alimentemos e hidratemos correctamente para seguir funcionando.

Nota: no probéis con polvorones, no casan bien con el calor.

AGUA CONGELADA

Un truco sencillo pero eficaz para que el agua nos dure más tiempo fresca es guardar los soft flasks en el congelador. Puedes llenarlos de agua hasta la mitad más o menos y cuando vayas a salir a correr los sacas y rellenas con más agua hasta completar. De esta manera, el hielo se irá derritiendo poco a poco mientras corres y el agua se mantendrá más rato sin convertirse en sopa.

Al meter los soft flasks al congelador es conveniente que el agua no llegue a la zona de la boquilla, porque si se congela ahí no podrás beber hasta que se haya derretido y además corre el riesgo de que se pueda afectar el cierre y echarte a perder el soft flask.

Truco extra: aparte de los dos soft flasks con hielo y agua, echa otro en la mochila solo con el hielo para recargarlo en alguna fuente a mitad de trayecto y tener… ¡más agua fresca!

CORRE POR LA NOCHE

Cuando nos dicen que evitemos las horas de más calor, lo normal es que movamos nuestros entrenos al amanecer o atardecer pero, ¿has probado a correr por la noche? Y no por el centro de la ciudad con las farolas, sino por el campo, monte o playa. ¿No? Pues deberías.

Más allá de que, como es lógico hace menos calor, la experiencia de correr de noche con el frontal y tranquilidad propia de esas horas es una auténtica gozada. La percepción del esfuerzo es diferente que de día y el entorno cambia por completo.

Una experiencia más que recomendable, idealmente para realizar en compañía, tanto porque el disfrute compartido siempre es mayor, porque solemos ser un poco caguetillas y si vamos acompañados se lleva mejor.

ACOSTÚMBRATE A CORRER CON CALOR POCO A POCO

Es cierto que cada vez nos llega el calor más de sopetón y no hay tiempo para aclimatarse. Pasamos de pelarnos de frío a pelarnos en sentido literal por las primeras e inesperadas quemaduras. Y por tanto, la transición a nivel de entrenos es a lo bestia.

Esto nos lleva a que cuando llega el calor igual conviene ajustar un poco nuestro plan de entrenamientos para procurar una adaptación lo más progresiva posible. Puedes revisar los horarios de las salidas a entrenar (lo que comentábamos antes: madrugada, anochecer o incluso noche), la duración y las intensidades.

El objetivo es darle al cuerpo la oportunidad de acostumbrarse poco a poco a rendir en estas nuevas condiciones y enfrentarlo a las altas temperaturas de forma gradual para que no nos mande a paseo la siguiente vez que queramos ir a entrenar.


Esperamos que estos consejos os sean útiles para afrontar de mejor manera el correr con calor, pero si os han sabido a poco, os recomendamos este documental sobre la Badwater —posiblemente la carrera más calurosa del planeta— y cómo la entrenan algunos de sus participantes. (Se recomienda verlo mientras te comes una caja de 6 helados):

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